Es fundamental realizar un corte apropiado para cada caballo y disciplina.
La abundancia de pelo provoca un mayor sudor durante el trabajo, produciendo un menor rendimiento del caballo.
Además al esquilar, y tener menos pelo, facilitamos el secado y prevenimos los enfriamientos.
Con estos trabajos conseguimos un mayor rendimiento físico, durante más tiempo, más intenso sin gran sudoración.
También permitimos una mejor recuperación al estar menos tiempo húmedo el caballo.
Ahorramos trabajo de preparación y cepillado, consiguiendo también una mejor higiene de pelo y piel.
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